La serie E de Sony no se renovó demasiado, pero algunos componentes han evolucionado (como el procesador y la tarjeta gráfica). La pantalla brillante de 17.3 pulgadas es luminosa y con buen contraste, adecuada para ver cómodamente películas, fotografías y para cualquier juego de video. En general, Sony es una marca un poco más cara que las demás, pero los servicios, las aplicaciones y los acabados siempre terminan justificando el precio elevado.
Esta notebook Sony Vaio EC3M1E de 17.3 pulgadas no está destinada a los usuarios viajeros, hay que saberlo. La batería de 6 celdas la alimenta durante un poco más de 2 horas (en reproducción de video). Ningún logro brillante, pero en la media de otras computadoras portátiles del mismo tamaño.
Brillante, en cambio, es la pantalla. Una pantalla de buena calidad, pero con una luminosidad un poco débil (169 cd/m2), para compensar la profundidad de los negros (un contraste 1 111:1).
Vendida a 1100 dólares, esta Sony Vaio muestra algunos retrasos en términos de conectividad. No hay puerto USB 3.0 ni Bluetooth 3.0 (pero sí uno 2.1 + EDR). No obstante, encontramos cuatro puertos USB 2.0, uno de los cuales está fusionado con un puerto e-Sata. Es cierto, la plataforma Intel utilizada, una Core i5-460M, está a la moda, y puede incluso funcionar en 1280 x 720 píxeles.
El consumo de energía es adecuado. Sin embargo, Sony se ha olvidado de silenciar el ventilador de la máquina, ya que, en uso intensivo, es muy ruidosa (la aguja del medidor sube a 49,2 dB).
El equipamiento es adecuado, pero el sonido que sale de los pequeños parlantes no está a la altura. En lo concerniente a la ergonomía, los japoneses rara vez se equivocan. Pero en esta de 17.3 pulgadas, el resultado es ambiguo. Los puertos dispuestos en los laterales aparecen muy adelante, lo que puede molestar a algunos usuarios. El lector de tarjetas de memoria se coloca en la parte delantera (decisión acertada) así como también el botón para activar el Wi-Fi.
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