Esto es, Super Nintendo Entertainment System. La consola de 16-bit que nunca pudo técnicamente contra el SEGA Génesis, pero que terminó matándolo de todos modos por medio de un impresionante arsenal de títulos.
Recuerdo cuando lo conecté por primera vez: WOW, se ve “bien real”, mira, mira, como en las maquinitas. Además, el Super NES no disponía de una pistola con la que mágicamente matabas patos o destruías discos de porcelana pixelados, sino de una bazooka con la que matabas (eliminabas, decían en las revistas de la época para no sonar tan rudos) a tus enemigos.
El acabose fué la salida del Street Fighter II de capcom para el Super NES. Un juego de gran éxito en las arcades, ahora en tu casa. Ha-do-ken y Sonic Boom, mas los calzones azules de Shun-Li en la comodidad de tu sillón. Amé esa consola.
En realidad los controles eran totalmente incómodos. Recuerdo jugar al street fighter cambiando de posición el control en mi mano, con lo que mi hermano sabía si iba a hacer un ha-do-ken o un sho-riu-ken con sólo ver cómo tenía tomado el control. Eso cuando lograbamos, después de dos años de uso, que el cartucho fuera aceptado por la consola después de echarle mucho aire con babas via bucal.
A ver cuanto tarda el iPhone en ser una reliquia de la nueva era.
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