La marca Rollei de hoy ya no es la que fue. A raíz de algunos problemas financieros, esta famosa marca, reconocida por su legendaria cámara Rolleiflex se dividió en tres partes. Rollei recomenzó a vender cámaras diseñadas en Alemania... pero fabricadas íntegramente en China. Como esta pequeña CompactLine 360T.
Si casi todo está fabricado en China, vale la pena recordar que este es también el caso de la gran mayoría de las cámaras digitales compactas que van de los 100 a los 200 dólares. Y esta Rollei CompactLine 360 sale muy bien parada en términos de fabricación: el ensamblado es de buena calidad, las líneas son continuas, el diseño es sobrio. Uno siente que las especificaciones de calidad de fabricación impuestas por los técnicos alemanes a sus colegas chinos fueron bastantes rigurosas.
Esta cámara compacta cuenta con una pantalla táctil. Cierto, no se trata de una súper Amoled con un millón de puntos, sino de una simple pantalla LCD TFT táctil, con tecnología resistiva, que reúne 230.000 píxeles. Es una pantalla legible, en el que las teclas táctiles responden correctamente.
Tampoco había que esperar milagros. Durante el día, la calidad de las fotos es buena, pero esta calidad se degrada significativamente cuando las luces bajan. Y, desaparece del todo en un interior oscuro, donde las imágenes sin flash son tan ruidosas que los detalles están ausentes. Este último punto también se relaciona con la falta de estabilización (o la ineficacia de la misma): la estabilización, mecánica u óptica, no es un accesorio en las cámaras pequeñas, sino que es una presencia obligatoria.
En cuanto al video, la codificación no está bien controlada: la imagen es grosera, incluso si se trata de alta definición (HD).
Resumiendo: calidad de fabricación muy buena, buena ergonomía, un deficiente procesamiento de las imágenes. Una cámara para aquellos que buscan un dispositivo gran angular y que no cuentan con demasiado presupuesto.
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